En el país de la comida rápida y en la ciudad que, cantaba Sinatra, nunca duerme, tomar una hamburguesa parece obligado. Pero no nos equivoquemos: existen sitios, y muchos, donde tomarlas de magnífica carne y muy bien hechas. Para eso, tenemos que alejarnos de las grandes cadenas que proliferan, casi, en cualquier rincón del mundo.
Existen multitud de opciones, desde las sofisticadas del chef Daniel Boulud, a las de los puestos callejeros.
La propuesta que os hacemos, es P.J. Clarke’s.
El original, situado en la 3ª avenida con la 55, y que permanece prácticamente sin cambios desde su apertura en 1884, es nuestro favorito. Y no es un “Burguer”, es un restaurante donde hay hamburguesas… y unas ostras estupendas, ensaladas…
Lo primero que llama, y mucho, la atención, es un edificio pequeño y de dos plantas encerrado entre enormes rascacielos. Lo segundo, un local antiguo, de madera, con mesas cubiertas con manteles de cuadros. En tercer lugar, la posibilidad de tomarnos una estupenda hamburguesa (nuestra opción suele ser la más sencilla: carne, queso, tomate, lechuga, cebolla y pepinillos), con las clásicas patatas o coles de Bruselas con bacon o unas deliciosas espinacas con ajo y parmesano. Y por último, poder acompañarla con un Veuve Clicquot ‘Yellow Label’ NV Reims o un Perrier Jouët ‘Grand Brut’ NV Epernay…
Conocí PJ allá por el año 90, cuando mi trabajo de entonces, me hacía pasar temporadas en Estados Unidos. Posteriormente, Ana y yo lo visitamos con frecuencia y coincidimos varias veces con Inocencio Arias, en su etapa de embajador ante la ONU, al que había conocido cuando era el director general del Real Madrid.
En un país tan joven como este, es difícil encontrar lugares con tanta historia. Os recomendamos que paséis a formar parte de ella.
www.pjclarkes.com