“La luz de una estrella sigue brillando, aunque no haya nadie que la vea.”
Shaun David Hutchinson.
La hotelería mundial ha cambiado. Y mucho!
El concepto de lujo ha evolucionado tanto en los últimos años, que requisitos antes imprescindibles para optar a una categoría u otra, se antojan hoy ridículos: para acceder a la categoría de cinco estrellas, es imprescindible que todas las habitaciones cuenten con calefacción, aire acondicionado, agua caliente, baño privado y teléfono. Como veis, todo un lujazo!
Las estrellas de los hoteles en España, no están reguladas por un único sistema de clasificación. Cada comunidad autónoma establece sus propios requisitos y los hoteles de cada territorio deben solicitar esta clasificación antes de su apertura. El tamaño de las estancias, minibar o servicio de habitaciones 24 horas, son algunas de los puntos valorables para ostentar una determinada categoría.
España e Italia son los únicos que obligan a la calificación con estrellas, siendo en otros voluntaria.
Y como siempre que pasa algo en un país sin términos medios como el nuestro, la supervivencia y la picaresca azuzan a la imaginación y cada cual busca su hueco. Sirva como ejemplo la moda de los llamados hoteles boutique (los otros son hoteles grandes almacenes?) cuya proliferación ha sido tal, que al no existir ningún tipo de reglamentación al respecto, quien más quien menos ha añadido el afrancesado vocablo (según la RAE, “tienda de productos selectos”) al nombre de su hotel, aunque en algunos casos de selecto tengan muy poco o nada.
Durante el tiempo en que los hoteles de 5 estrellas tributaban a un IVA superior a los del resto de las categorías, hubo quienes para mantener este estatus pero seguir siendo competitivos (no subiendo los precios), optaron por bajar los costes y con ello la calidad de sus servicios. Algunos otros decidieron bajar a 4 sus estrellas, de tal manera que en muchos casos la diferencia entre ambas categorías estaba solo en la placa azul que lucía en la entrada. Esta situación motivó la aparición de dos nuevas categorías, los hoteles de cinco estrellas Lujo y Gran Lujo.
La Dirección General de Turismo de cada comunidad puede conceder la calificación de Lujo y Gran Lujo a los hoteles de 5 estrellas que tengan unas características y una calidad de instalaciones y servicios que los distingan de los demás (spa, restaurante gastronómico…).
Oficialmente, cinco estrellas es la máxima categoría que un hotel puede recibir, pero la emergencia de un cliente mucho más exigente que busca el lujo y la exclusividad ha provocado la aparición de hoteles que alardean de unos servicios que a su parecer, bien merecen más estrellas.
El archiconocido Burj Al Arab Jumeirah, en Dubai, una edificación de 321 metros de altura en forma de vela construida en una isla artificial, es un buen ejemplo de lo que significa ser un hotel de 7 estrellas. Desde mayordomo personal hasta una flota de Rolls-Royce con chófer pasando por un helipuerto o restaurantes con estrella Michelin, que hacen que el precio de una noche pueda llegar a los 30.000 euros.
Todo hace indicar que en el diseño de los nuevos hoteles de lujo, habrá que dejar espacio suficiente en la fachada para colocar el distintivo con tanta constelación…