“La poesía no quiere adeptos, quiere amantes”
Federico García Lorca
Poeta de agua dulce, sin olas y sin rimas.
Poeta de extraperlo a cambio de dulzura.
Poeta de camino sin asfaltar y de playa de piedra.
Poeta atónito cuando le sale un verso,
cazador de musas como si fueran pokemons
y sin ideas ni pensamientos, sólo sintiendo.
Nada mas frustante que un poeta nihilista,
que se escuda en la nada como objeto de su deseo,
que explota y regenera,
comprador de palabras en mercados de sueños.
Poeta, al fin y al cabo. Nadie, hasta ahora, me ha exigido serlo.
Y una canción.
Todas las canciones llevan tu nombre bordado en la solapa con hilo de te quieros eternos.
Todos los poetas que pueda haber en mi, existen por ti.
Solo es poesía cuando tu la lees.
Mientras te escribo y te describo, las letras se unen buscando el azul inmenso de tus ojos cerrados,
al acecho de que se abran y bailar ante ellos.
Poeta de bolsillo y asignado en vida y hasta la muerte a su musa.
Poeta que necesita inventar palabras para explicar lo que solo tu y yo entendemos.
En definitiva, solo soy tu poeta…
De mañanas y otras guerras nacieron estas batallas.
Oviedo, 23 de febrero de 2019.
A.
