El pasado 25 de agosto dio comienzo la vendimia 2021 en Rioja con la recogida de los primeros 200.000 kgs. de la variedad tempranillo blanco, la uva con un ciclo vegetativo más corto y por tanto una maduración más temprana. Por ello, metidos ya de lleno en la recogida de la uva, traemos de nuevo este post en el que contamos el proceso creativo (nos gusta más que productivo) de una de las razones de la existencia de este blog: el vino.
La vendimia es el proceso de recolección de las uvas destinadas a la producción de vino o licor.
No es un simple proceso agrícola. Es también una tradición, un evento social y económico que genera empleo, produce migraciones y afecta a la vida de miles de personas en todo el mundo.
El término “vendimia” proviene del latin “vindemia”. Una palabra compuesta a partir de la palabra “vinea” (viña) y del verbo “demere” (arrancar), que no significa otra cosa que arrancar la viña en el acto de la recolección de la uva.
Esta actividad, ha dado lugar a la fiesta de la vendimia, un festejo que se lleva a cabo en muchas de las localidades y pueblos que viven de esta labor, y que surgió como parte de la celebración del fin de la cosecha y para dar gracias a los dioses por la fertilidad de la tierra. Aunque antiguamente era un acto divino, la llegada del turismo ha hecho que se convierta en un acto recurrente convertido en un reclamo turístico más.
Tiene lugar, en nuestras latitudes, entre los meses de agosto y octubre, pero la fecha final dependerá del grado de maduración de las uvas y de otros factores:
- Maduración: se refiere a la cantidad de azúcar de la fruta, por lo tanto su recolección variará según el vino que queramos producir. Normalmente el periodo de maduración de la uva suele ser de unos 45 días.
- Tipo de uva: en relación con el factor anterior y dependiendo de qué variedad de uva se cultive, el tiempo de maduración cambiará. La uva blanca, tiene una maduración menor que la de los tintos.
- Lugar geográfico: hay que tener muy en cuenta las condiciones climáticas de cada zona.
- , así como otros factores que también se deben considerar como la proximidad al mar, la latitud, la altitud, el viento…
Es bastante habitual realizarla por la noche, por la ventaja que ofrece recoger las uvas cuando la temperatura es
mas baja. De esta manera, se evita la fermentación de la uva a altas temperaturas y llega intacta hasta las cámaras.
Es importante también, que se recoja antes de que caiga el rocío, para evitar que ese agua que recubre las uvas pueda cambiar su gusto.
Algo fundamental dentro de la recolección, es que una vez los racimos de uva han sido recogidos, pasen el menor tiempo posible fuera de la bodega.
Existen dos formas antagónicas de realizar la vendimia, la mecanizada y la manual. Desgraciadamente, la manual está quedando para pequeños productores. Es cierto que la mecanización ha traído consigo una reducción de costes muy importante en recursos y tiempo, pero de alguna manera, estamos perdiendo una tradición, sufriendo una ruptura generacional en la que desaparece la forma originaria de llevarla a cabo.
A todo esto, tenemos que añadir la desaparición de una fuente de ingresos para los habitantes de las zonas vinícolas que, aunque puntual, suponía una entrada de recursos todos los años. Por supuesto que no estamos en contra de la modernización y de la optimización, pero tampoco de perder costumbres muy arraigadas en nuestra cultura, que van más allá de una simple actividad económica. En manos de los responsables políticos (a buena parte vamos…) y de las bodegas queda.
En breve os contaremos la vendimia de Tote Abe, un vino de pequeño productor, donde los métodos artesanales en la recolección de la uva, son solo la primera etapa de un vino hecho con cariño y pasión.
