10.368.000 minutos.
Cómo se pueden medir 20 años?
En 7.200 despertares a tu lado, terminando cada noche con un sueño: TU
En 7.200 atardeceres en los que un sol se ponía, pero otro con más luz seguía iluminando mis noches: TU
En ilusiones selladas con besos
En besos ilusionados
En miradas cómplices y pensamientos compartidos
En tardes caseras y en viajes por nuestro mundo y por el mundo
En lágrimas de mares y arenas
En noches abrazados
En miedos superados
En sonrisas que enamoran
En copas de vino
Pero sobre todo, muy por encima de minutos, horas, semanas, meses y años, muy por encima del implacable tiempo que nos marca, del cronómetro con cuenta atrás que desespera, nuestra vida juntos solo tiene una unidad de medida: el amor.
Estos 20 años se miden en amor.
En amor del bueno, del que añoran los poetas y ensalzan los cantores.
Amor que ni siquiera imaginaba antes de tus ojos y tu boca
Amor que forma trío indisoluble con nosotros
Amor de pata negra y miradas de pan, de aromas y sabores, de paisajes y cuentos
A la pitonisa le habría dicho que ni la cuarta parte de esto podía ser real: pero no te conocía
Son 20 años que piden otros 20, para que puedan pedir otros 40.
La fusión indisoluble se ha materializado. Ni yo sin ti ni tu sin mi. Solo hay NOSOTROS.
Y, en nosotros, uno + uno, como decía el gran Benedetti, en la calle codo a codo, SOMOS MUCHO MAS QUE DOS
En Oviedo para entregar en Tenerife
Vertido de mi alma el 5 de marzo, a los 15 años de volver a nacer, y esta vez solo para ti, para que se derrame en la tuya el 13 de abril de 2019
Del comienzo de una continuidad. Desde aquí, solo cabe eternidad.
A.