La conoció en un catálogo de sueños.
Era la modelo más bella y siempre estaba agotada.
A.
Cerró la puerta con mimo, hasta con delicadeza. No despertarla al salir cada mañana de la habitación, se convertía en una tierna caricia silenciosa.
Ella se desplazaba entonces, inconscientemente, hasta el lado de la cama que él había dejado vacío instantes antes. Quizás buscaba el calor, quizás su olor, pero era una maniobra mecánica todas las mañanas.
Y él, con el sigilo propio de quien lo ha hecho muchas veces, se preparó un café. Un ritual del que se sentía estúpidamente orgulloso y que le deparaba cada mañana, un primer placer revolviendo con el café alguno de los incipientes rayos de sol.
Al principio, el insomnio le angustiaba. Le producía sensación de inseguridad, se sentía desubicado en unas horas que en el pasado, en su pasado, solo había transitado de vuelta a casa tras una noche madrileña intensa.
Como cuando muy al principio de su relación, cuando ésta era una posibilidad mas que un proyecto, las dos primeras noches que se vieron (una cita de trabajo y otra de quepretenderaeste?), el sol naciente les acompañó en su retirada.
Pero poco a poco fue domando sentimientos y modelando sensaciones, y casi sin darse cuenta, ya era el responsable de “El Alba de Alci. Creaciones”. Días mas vulgares se entrelazaban con días creativos, donde ella, seguía siendo su mundo, que ahora, no solo no se había llenado de holguras, si no que se había hecho mas poderoso.
Y empezó a sentir sobre ella por escrito, como las pólizas duplicadas. El insomnio le había permitido espacio para pensar en ella porque no podía verla. Estaba tan cerca, algunas veces a unos pocos palmos en la oscuridad de una habitación de hotel, ella dormida y él dando sorbos de café con letras, que la acción de escribirle era más parecida a pintar con el modelo objeto del cuadro, dormido ante él en la penumbra.
Es lo que tiene vivir con tu musa.
Es lo que aporta estar enamorado de ella y que ella lo esté de ti.
El mundo, su mundo, se ha amoldado al insomnio, que curiosamente, afectando solo a uno, ha unido más, aún más, a los dos.
No hay debate. Hay vibraciones nuevas, nueva comunicación… y que te adoro, desde hace un tiempo, te lo pongo por escrito.
Te seguiré calentando mi lado para que siempre sea tuyo.
Oviedo, ya es jueves 12 de marzo en el año 2020. La era del virus
A.
