Hoy, tercer día del mes de agosto del año dos mil veintidós, el sol hizo su aparición estelar (no podía ser de otra manera…) en tiempo, forma y hora, así.
Entre palos de barcos (no busquéis el del Rey: el AIFOS, que así se llama su barco, SOFÍA al revés, duerme en la zona noble del Náutico de Palma), haciéndose sitio para iluminar la imponente catedral mallorquina. Comenzar así un día (lo digo tanto por el sol como por mi), es un privilegio.
Esta fotografía que comparto con vosotros, en realidad es para Ana, que sueña con amaneceres y yo, se los doy en imagen cuando abre sus azules ojos.
El milagro del amanecer.
Palma, 3 de agosto. Año 2022.