Se estima que se consumen 2,25 billones de tazas de café al día, convirtiéndolo en la segunda bebida más consumida del mundo después del agua y es, después del petróleo, el commodity (bienes básicos) más importante de la economía mundial.
Aunque el 67% se produce en Sudamérica, su origen está en Etiopía, donde los historiadores coinciden en señalar la región de Kaffa como el lugar dónde se encontraron los primeros granos de café. No se ponen de acuerdo, sin embargo, en cuándo el ser humano descubre sus propiedades y comienza su consumo, ni quienes fueron los primeros en hacerlo.
Esta región sigue siendo cuna de algunos de los mejores granos de café del mundo.
Una de las curiosas historias que existen sobre sus orígenes, relata que un pastor, al ver el efecto de excitación que unos pequeños frutos rojos (la cáscara del grano de café) causaban en sus cabras, decidió llevárselo a los monjes de un monasterio cercano, para que los oficios de la noche les fueran más llevaderos.
Es a partir de comienzos del siglo XVI cuando el consumo de café comienza a extenderse por el mundo árabe, llegando a Europa, de manera definitiva, un siglo más tarde, de la mano de mercaderes venecianos, de ahí que algunos de los preparados más famosos provengan de Italia.
La mala fama que muchos le otorgaban, especialmente en los países más septentrionales como Alemania o Inglaterra, donde los protestantes fueron muy críticos con él, impidió que se extendiera de manera generalizada por toda Europa; su alto coste por aquel entonces, tampoco contribuía a ello. En España, no comenzó a popularizarse hasta comienzos del siglo XX.
Existen dos variedades de café: arábica y robusta, siendo la primera la original y de la que más cantidad de granos se cultivan (aproximadamente el 75% de la producción) y tiene menor grado de cafeína. Las exigencias de clima y terreno son mucho más duras que las del café robusta.
En lo que a este último se refiere, tiene algo menos de calidad pero su cultivo es mucho más sencillo porque crece en tierras bajas y soportan mejor los diferentes tipos de climas, además de tener más cafeína, acidez y cuerpo, pero son menos aromáticos.
Al placer gustativo que produce una buena taza de café, se suman los siguientes beneficios que aporta:
- Mejora la salud cardiovascular reduciendo hasta en un 41% las posibilidades de sufrir un infarto de miocardio (por supuesto, siempre y cuando llevemos una vida saludable).
- Reduce los niveles de azúcar en sangre, disminuyendo a su vez, el riesgo de sufrir diabetes de tipo 2.
- Reduce las posibilidades de sufrir Alzheimer u otras enfermedades neurodegenerativas como el Párkinson.
- Se trata de un estimulante natural que mejora nuestro estado de ánimo, así como el físico y reduce los niveles de depresión en casos leves.
- Analgésico natural para algunos dolores como el de cabeza.
- Diurético y laxante.
Algunas curiosidades sobre el café
El país del mundo donde más café se consume por habitante es Finlandia, seguidos por sus vecinos noruegos. En Estados Unidos es donde más cantidad de café se consume: casi 400 millones de tazas al día.
España ocupa el puesto 19 mundial.
Brasil, por su parte, es el país productor de café donde más tazas se consumen al año por persona.
El momento del día en el que se consume más café es por la mañana; se estima que hasta el 65%.
Nosotros, seguimos enamorados de la forma de hacer el cafe en Italia. En cualquier bar, se puede degustar un ristretto o un macchiato excelentes, hechos con toda la parsimonia que merece esa pequeña cantidad de néctar que se bebe de un solo trago y que deja las paredes de la taza con rastros de su crema y nuestra boca disfrutando durante un tiempo de la deliciosa amargura de esta extraordinaria bebida. Cuidado en Italia con dónde tomamos el cafe: en el mismo sitio, la diferencia de precio entre tomarlo en la barra a en una mesa, puede superar las cinco veces!
Dice un viejo proverbio turco:
El café perfecto debe ser negro como la noche,
ardiente como el infierno,
fuerte como el pecado.
y dulce como el amor…