Muy cerca de la Avenida George V, se encuentra la Maison Villeroy, un hotel que es un auténtico tesoro escondido en la Ciudad de la Luz.
Lo que poca gente conoce, es que dentro de él, está el Club Pivado más exclusivo de todo Paris.
El Club Villeroy es una segunda casa para sus miembros, un lugar para desayunos de trabajo, para hacer ejercicio a última hora, para relajarse en su Spa de una forma totalmente privada…
Sus socios cuentan con innumerables beneficios y eventos a su medida. Tener las llaves de esta Mansión, es entrar en un reducido y cerrado círculo, que se extiende al Bar Jean Goujon y al restaurante estrella Michelin Trente-Trois.
Lo que se desee, sea trabajo o deporte, un masaje o gastronomía de alto nivel, se puede encontrar en este club único, que también permite el acceso a todos los servicios del lujoso hotel con el que comparte la Mansión.
La pertenencia a él, requiere de una previa entrevista personal con la dirección de la Maison, además como es lógico de un “fee” de entrada, a partir de 1.500€, y una cuota anual desde 3.000€ anuales.
El hotel, está excelentemente situado para los visitantes, en la Avenida Montaigne, uno de los lados del conocido como Triángulo de Oro de Paris, que se completa con la Avenida George V y los Campos Elíseos y es, sin ningún género de dudas, uno de las zonas de lujo mas importantes del mundo.
Sea en uno de sus apartamentos (de hasta tres habitaciones) o en una de sus habitaciones y suites, ofrece al cliente el comfort de una sofisticada mansión privada. Las estancias, están decoradas a medida con todo detalle y con productos de la más alta calidad.
En todos los alojamientos, un mayordomo exclusivo está a disposición del cliente 24 horas al día.
Durante los meses de julio y agosto, esta sería la propuesta:
Una noche en habitación, suite o apartamento
Desayuno saludable para dos personas.
Masaje duo en el Spa y uso privado del mismo durante una hora.
A partir de 960€
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Un comentario
Vistos en las fotografías mostradas uno se imagina el cielo al contemplar el orden de sus espacios, la quietud taciturna que brindan sus enseres puestos en cada lugar teniendo la paciencia más el cálculo adecuado.