Rumbo al Sur.

Tras diecisiete años en Asturias, un nuevo horizonte nos espera.
Han sido años intensos, con muchos momentos felices pero también alguno duro y dramático. Desde luego, han pasado muchas cosas en esta mi segunda etapa en Oviedo y primera para Ana.
Muchas personas, quedáis en el recuerdo, en nuestras vidas y corazones para siempre, habéis  compartido momentos para nosotros especiales e inolvidables. También para siempre, perdiéndose en el sumidero de los malos  recuerdos, os quedáis algunos que hubiera sido mejor no haberos tenido cerca. Que disfrutéis de vuestra fingida y estúpida felicidad hasta que os deis cuenta, os cuenten… o no, sinceramente nos da igual!

Viajan en nuestro equipaje sabores, olores y sensaciones inigualables que permanecerán como parte imprescindible  de nuestro bagaje gastronómico y vital.
Siempre he sido tajante con quienes afirman que como en tal o cual sitio, no se come o vive en ningún otro… sin haber comido o vivido en ningún otro. Ser capaces de identificar y disfrutar de lo mejor de cada sitio, reconociendo que puede haber cosas tan buenas, e incluso mejores, denota apertura de miras. Los que no lo vean así, que disfruten de su ignorancia!

Nos vamos a Málaga, donde esperamos continuar nuestra vida con nuevos sabores, nuevos compañeros de ese viaje a Ítaca que, como Kavafis, pretendemos que sea muy largo.

Atrás quedan hitos gastronómicos en los muchos y estupendos restaurantes que pueblan la geografía asturiana y que no vamos a nombrar para no olvidarnos de ninguno, pero a los que echaremos de menos, sin excepción.

Solo pedimos que la salud nos acompañe y poder seguir disfrutando y compartiendo maravillosos momentos de este nuevo capítulo de nuestra vida.