Los ingleses, sabios ellos en muy pocas cosas pero prácticos donde los haya, tienen en su vocabulario palabras distintas, para acepciones que en castellano se resuelven con una sola palabra.
Es el caso de la palabra historia. Resuelven con el vocablo History cuando aluden a la historia de la humanidad y por ende, también a la materia escolar y con Story, hacen referencia a un cuento, a un relato, incluso el de nuestra propia vida.
Pues bien, aquí os dejamos un puñado de hoteles que, aunque solo alguno forma parte de la history, todos ellos son parte de la story de nuestra vida. Aunque el momento sea fugaz, su recuerdo dura siempre y estos alojamientos están repletos de momentos maravillosos de nuestra vida que nunca olvidaremos!
THE TOWERS OF THE WALDORF ASTORIA. NUEVA YORK.
Hacía apenas tres meses que nos conocíamos cuando nos fuimos a la Gran Manzana a celebrar el cambio de milenio. El 28 de diciembre de 1999, embarcamos en un vuelo de Continental con destino al aeropuerto de Newark. Creo que Ana no estuvo convencida de que no era una broma, hasta que se vio sentada en el avión.
Me costó encontrar hotel dios y ayuda! Muchas personas pensaron como yo en recibir al año 2000 en NYC. Finalmente nos alojamos en The Towers, una zona dentro del gran Waldorf, con recepción independiente y servicios exclusivos.
El árbol de Navidad del Rockefeller Center, patinar sobre hielo en Central Park, el musical Rent, la solitaria cubierta superior del transbordador en el que cruzamos a Nueva Jersey para cenar en Arthur’s Landing… muchos recuerdos de aquellos seis días de un viaje, en el que salieron de Madrid Ana y Alcibíades y volvimos Nosotros!
HOTEL HALF MOON. MONTEGO BAY. JAMAICA.
Si! Las idílicas playas de arena finísimas y agua azul turquesa existen! Y algunas están en Jamaica.
Apartados del edificio central de este complejo, están los bungalós y villas al borde mismo de la playa, y suficientemente separados entre sí como para tener la sensación de estar solo. Una hamaca ente dos palmeras nos llamaba a gritos después de comer en uno de sus cuatro restaurantes.
Se trata de un resort de lujo en el que podemos encontrar todo lo que deseemos sin tener que salir al exterior.
Aunque la discreción y privacidad están garantizadas y quizás por eso es uno de los hoteles elegidos por Carolina de Mónaco para escapar del frío invierno de París, tengo que confesar como algo curioso que durante nuestra estancia, coincidimos con una pareja de Oviedo a quienes además, conocíamos! Como para haber ido a esconderse…
THE GRAY. MILAN.
Estamos ante un claro ejemplo de lo que es un servicio personalizado y detallista, sin que ello suponga nada más que atención.
Llegamos a The Gray el día del cumpleaños de Ana.
Hicimos el check in y como teníamos tiempo, nos fuimos a dar un paseo por la ciudad. Al volver al hotel, nos encontramos en la habitación con una botella de Champagne, dos copas y un platito con unos ricos dulces. Hasta ahí, y sin más, puede ser algo muy común como bienvenida de un buen hotel, pero todo estaba delicadamente cuidado, y además, acompañado por una nota escrita a mano en la que felicitaban de una forma especial a Ana y nos agradecían haber escogido su hotel para dicha celebración.
Si a esto le unimos que está a unos 100 metros del Duomo, que las habitaciones son amplias y cómodas y el servicio esmerado, se puede entender porque han fidelizado a unos clientes que, no solamente volverán cuando visiten nuevamente Milán, sino que lo recomendarán tal y como estamos haciendo nosotros ahora!
Fue un día de cumpleaños muy especial para Ana: le dedicaron una canción en un pub y en el restaurante donde cenamos, de pronto se amortiguaron las luces y todos los camareros con bengalas, con el propietario al frente con un enorme osito de peluche en las manos, le cantaron el Tante auguri a te!
IL PALAZZETTO. ROMA.
Que hayamos incluido IL Palazzetto en esta lista, es un regalo navideño. Es uno de esos sitios de los que no hablas para que no se llenen. Esta joya está en las escaleras de la Plaza de España, y es parte del hotel Hassler del que recibe todos los servicios, incluido el desayuno.
Cuatro habitaciones de las que dos, abren sus ventanales sobre las escaleras de la piazza. Tiene entrada por la parte alta, donde se encuentra el wine bar del mismo nombre y desde ella se accede cruzando la calle al hotel Hassler. El otro acceso, es por la parte de atrás en la planta baja del edificio, por un portal sin más indicaciones y del que te dan la llave a la llegada. Las habitaciones, al nivel del Hassler, uno de los mejores hoteles de Roma.
Despertar y abrir las ventanas para que aparezca a tus pies la famosa escalinata, es tan espectacular como ver las caras de asombro de los turistas mirándote!
Shhh, no lo comentéis!