Es que hay ojos que son como tu casa,
miradas que te arropan la estancia,
y guiños que valen una vida….
Tú eres mi casa
Ah la música! Tiene tanta importancia en nuestra vida como nosotros mismos. Me refiero a nosotros, a ti y a mi.
Sin ella aquel primer día de esperanzas, probablemente no estaríamos aquí. El afán de ambos, por mostrarla uno y escucharla otra, apuntaba que esos espacios de silencios rotos, serían más que meros comparsas en lo que después se convirtió en NUESTRA vida.
Si tu fueras una canción…quien es capaz de hacer la canción perfecta? Inicio suave, marcando los pasos futuros y dejando entrever un “por dónde irá” que nada tendrá que ver con el camino real que seguirá la melodía. Compleja esta hasta puntos insospechados, pero tan sencilla en sus acordes, que todos podrían entender. Aunque casi ninguno descifrar.
Serías una canción alegre, mucho, optimista. Pero también intimista, de las que logran que el mundo se pare para dejarla sonar. El piano tendría una gran presencia, es tu sonrisa. Y eso es parte de tu definición. No existes sin tu sonrisa. Y la sonrisa, así, genérica, como concepto, no existiría si no hiciera nido eterno en tu cara.
Por supuesto, la pieza está en clave de SOL! Ni una nube amenaza los violines de tus ojos azul cielo. Quien osaría a hacerlo? La melodía perfecta. Aún no ha empezado a sonar y ya las lágrimas caen por los timbales de tus mejillas. Lagrimas que dirigen con paso húmedo los siguientes compases de ternura infinita. Serías una canción tierna, alegre, melancólica, positiva y bella. Pero sobre todo elegante. Ese acorde sobre el que se sustenta el estribillo de tus hombros, imposible de tocar si no es en la estructura de tu cuerpo…es el alma, corazón y vida de la taquilla para sacar los billetes al tren del deseo incontestable de tararearte a todas horas. Sostenidos y bemoles danzan alegres sin importarles guardar un orden determinado, ya que confían tanto en tu improvisación de la armonía, que se dejan llevar. Y aún no ha empezado. Pero cada fusa, corchea, negra o blanca, cada allegro ma non troppo y el compás redondo del 3/4, saben perfectamente que nunca antes han formado parte de una obra inempezada tan perfecta.
Y yo, espectador privilegiado de palco, director corazón, que no batuta, en mano, que simplemente dio tres golpecitos en el atril de tu vida quedando asombrado solo con el eco producido cual si hubiesen salido de la madera sonora de un Stradivarius.
Y aún estás calentando cuerdas.
Melodía eterna. Eso quiero pero no será. Quien tuvo la genial idea de crear termitas que se comen la madera de los instrumentos, humedades que la alabean distorsionando la pureza del sonido? Quien ha osado poner límites al tiempo si tengo para escuchar una melodía eterna que no termina nunca, pero no inacabada?
La terminas en cada parpadeo que remueve entrañas como buen arpegio, en cada semifusa tan corta que nadie le daría importancia en cualquier otra pieza y que en ti, es una sinfonía en si misma.
Y aún no ha empezado. Ni la voz calienta cuerdas vocales para hacer los coros a la vida a tu lado, ni el diapasón ha marcado tono, ni el metrónomo el ritmo.
Está todo en ti. Natural. Sinfonía que eres tu, que existe en tu inherencia a lo bello. Pieza 20 años cantada y aún no aprendida. Porque haces de la improvisación motivo de esperanza. Cada interpretación es distinta pero mejor. Mas concisa y extensa, mas melodiosa en sus silencios.
Y los bailarines solo queremos danzar al ritmo que marques a riesgo de perder la batalla de la razón como los caballos de Síbaris al escuchar a los músicos de Crotona.
Tu no eres los músicos.
Eres la música.
Cada nota.
Cada silencio.
Cada instrumento.
Cada lágrima derramada por la emoción que suscitas.
Y yo…
Solo, tan solo, quiero ser tu intérprete.
Dicen que la vida sin música no tendría sentido. Yo, no tendría sentido sin ti.
Y van ya tres días del mes de febrero de 2020.
Y te acabas de levantar… he oido los timbales de la puerta y los coros celestiales de tus pasos que la vida quiere, que venere y disfrute un día mas.
A.
En Febrero 2020. Lo que te estás perdiendo…
2 comentarios
Son unos encantadores los dos seres humanos que con sus almas, sus mentes y sus cuerpos (meros vehículos de su humanidad) llevan, administran y muestran está pagina web tan ecléctica, por eso ellos son encantadores, no de serpientes más bien de personas.
Éxitos amigos y para atrás ni para coger impulso.
Un abrazo
J
Amigo Joaquín, alguien dijo que la mitad de lo que se escribe es de quien lo lee. Por eso este blog tiene futuro, por la calidad de quien nos lee… Gracias por seguirnos y por perderte paseando entre nuestros sentimientos hechos textos! Además, tus palabras de escritor, ya saben lo que es ser leídas!
Gracias de nuevo y un abrazo.
A