“En unas buenas vacaciones no tienes nada que hacer
y tienes todo el día para hacerlo.”
Robert Orben
Las vacaciones. Tan deseadas, tan esperadas, tan ilusionantes y… tan cortas!
Pero cuál es su origen y cómo han ido cambiando a lo largo del tiempo hasta nuestros días?
Los antiguos romanos fueron los primeros en darse un respiro del trabajo. En el siglo VI antes de Cristo, Tarquinio el Soberbio, último rey de Roma, tuvo la bondad de conceder un día libre anual a los esclavos durante las ferias latinas de abril, en las que se rendía homenaje al dios Júpiter.
Cinco siglos más tarde, Julio César y su hijo adoptivo Augusto trasladaron estas fiestas al verano y firmaron con sus nombres los dos meses del año que todavía hoy identificamos con el ocio y el descanso.
Es del verbo latino vacare (estar vacante u ocioso) de donde procede la palabra vacaciones.
La Edad Media, como en otros muchos aspectos, fue un periodo gris en el que sólo la peregrinación religiosa impulsaba a viajar, aunque creo que considerar esos viajes como vacaciones, es un eufemismo de considerable tamaño.
A mediados del siglo XIX, las vacaciones se popularizaron entre quienes podían permitirse desaparecer unos días en el balneario, la playa o la montaña dedicadas básicamente a cuidar la salud.
La realeza se apuntó al plan del veraneo y las clases más humildes hicieron lo propio cuando la expansión del ferrocarril facilitó los desplazamientos a precios más asequibles.
El derecho a las vacaciones pagadas se planteó por primera vez en el siglo XX. Algunos países, como Finlandia, Austria o Suecia, lo introdujeron en su legislación en los años 20, y España instauró un permiso de quince días libres al año para los funcionarios públicos en 1918. Este derecho fue desapareciendo y volviendo a aparecer, en función de los cambios de gobierno.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, las vacaciones se generalizaron entre la población europea, y en los años 60, los españoles pusieron rumbo al pueblo, al campo o a la costa a bordo de sus SEAT 600.
Así llegamos a nuestros días con el derecho a vacaciones pagadas consolidado, pero cada vez para mucha gente con menos posibilidades de materializarlo.
Confiemos en que el derecho a no hacer nada pueda convertirse en el de hacer lo que nos dé la gana.
FELICES VACACIONES! (Nosotros os seguiremos contando cosas interesantes)