Sin prisas y con lujo.
Así se viaja en el Seaside Mozart, barco que ostenta el título de mejor servicio y que la revista Forbes lo define como The best of the best.
No en vano, tener un tripulante por cada dos pasajeros y la disponibilidad de mayordomo para cada suite, permite que la experiencia sea totalmente personalizada.
Surca las aguas del Danubio y en cada escala, se puede bajar a tierra y realizar visitas con guías de habla hispana. Un recorrido panorámico por Viena, una inmersión en el castillo de Greinburg desde donde se divisa la localidad de Grein, una parada en Linz para visitar Salzburgo, cuna de Mozart y escenario de la eterna Sonrisas y Lágrimas, subir a la impresionante Abadía de Melk y comprobar cómo vivían y viven los monjes benedictinos o disfrutar de un paseo en bicicleta, facilitada por el mismo barco, en la localidad de Durstein… son algunas de las opciones que nos ofrece este viaje.
Podemos completar la experiencia con veladas con piano, una lectura tranquila en la biblioteca, catas de vino….
Mención especial merecen los talleres de “mixología”, si, aquí también ha llegado la moda de buscar palabros rimbombantes para denominar a personas, actividades o cosas que se entendían perfectamente hasta entonces, pero está visto que si algo no explosiona (que vulgaridad explotar) y no se pone en valor (valorar nos parece poco) al mixólogo o coctelero que los ilustrados anglófonos ya le habían bautizado como bartender (que significa literalmente camarero!), no estamos a la última (tontería?).
Riverside Cruise, propietaria de la nave, ofrece al huésped todo aquello que pueda convertir la experiencia de navegar por un río, en única e inolvidable, llena de naturaleza, cultura, historia, relajación… todo ello con el sello de exclusividad.
Un total de 83 suites (entre 20 y 80 metros), todas ellas, sin excepción, disponen de camas King size, con sábanas de algodón egipcio, wc calefactado, productos de aseo de la prestigiosa marca española Natura Bisse…
En cuanto a la parte gastronómica, en el Mozart y sus cuatro restaurantes, se apuesta por alimentos frescos de los mercados locales de cada una de las paradas de la singladura. Además, en la azotea superior, el chef cuenta con un pequeño huerto, del que obtiene las hierbas aromáticas necesarias para sus platos.
De puerto en puerto, de esclusa en esclusa y de delicatesen en delicatesen, además de una parrilla en el puente superior, la joya gastronómica la presenta su chef, Johannes Bär, en un menú degustación evocando los países que se visitan y un maridaje que va desde el champán Brut Royal Reserve, Philipponnat, Reims al Vega Sicilia Alion 2018.
Siempre podremos elegir sumarnos a alguna de las visitas propuestas, pasear por la ciudad en la que hemos hecho escala o simplemente descansar en la cubierta con un buen libro y una copa de vino…