Decadencia parisina en el corazón de Nueva York.
Qué más se podría esperar de un hotel que lleva el nombre de la legendaria compañía francesa de cristal?
La estética es suntuosa: el hotel resplandece con cristal en cada esquina del vestíbulo, una deslumbrante instalación de luces con copas y vasos Baccarat Harcourt (la colección Harcourt 1841, la más antigua del archivo de Baccarat, es conocida por su icónico diseño), suelos de madera en espiga y ricas y lujosas telas, cortesía del dúo de diseñadores Gilles & Boissier.
El hotel está ubicado justo en Midtown, al otro lado del MoMA, y a un paseo del Rockefeller Centre.
Todo en el hotel es un exceso controlado que te traslada en el tiempo y te rodea de brillos imposibles y reflejos mágicos. En su Spa, gestionado por La Mer, quizás la número uno mundial en cosmética, te puedes aislar del mundo y subir después a tu habitación a prepararte para la noche.
Dejaremos que sus imágenes, que os aseguro no hacen justicia a la visión real del hotel, os den una idea del lujo del que hablamos.
Cuidado con romper una copa ya que el precio al que se vende cada una de la colección Harcourt es de más de 200 €. En realidad, no es mucho, ya que hospedarse estas Navidades en este universo de cristal, va desde los 1.700 hasta los 27.000 € la noche.
“Un cristal hecho añicos, sigue reflejando la luz”.