Todos tenemos, en muchos casos desde niños, sueños o ilusiones por cumplir, y todos deberíamos poder hacer realidad al menos, alguno de ellos.
Poder participar en que esto sea posible, para la persona que más quieres, se convierte así, en un maravilloso momento al ver y compartir la inmensa felicidad que esto provoca.
Mi sueño, nadar con delfines y hacerlo realidad, el propósito y objetivo de mi marido!
Para que esto fuese, además, una sorpresa, tuvo que recurrir a un pequeño engaño, en el que intervinieron varias personas, sin las que esto no hubiera sido posible. También intervino, la facilidad con la que me dejo llevar, aunque en este caso, interrumpir la placidez en la piscina de un hotel maravilloso para irnos a las 16:00 h con un sol y calor de justicia, tengo que reconocer que dificultó un poquito el tema, aunque solo la palabra delfín pudo con todo.
Ya en el lugar y hora acordados, nos recibió el Director del recinto que, partícipe de esta historia, nos acompañó hasta un lugar privilegiado para que pudiéramos ver la actuación de estos inteligentes mamíferos como estaba previsto, y de la que disfrute, tengo que reconocer, como una niña pequeña. Pero, sin yo saberlo, todo estaba por llegar. Al terminar el espectáculo, y según el plan, el director se acercó y me comentó que los cuidadores iban a dar de comer a los delfines y que si quería presenciar este momento. No tengo duda de que mis ojos y mi sonrisa respondieron antes que mi boca y le acompañamos hasta que dos cuidadores se quedaron solos conmigo dirigiéndome a una sala. Cuando entré en ella (buscando comida o no se el qué), otra persona del equipo me esperaba con un neopreno en las manos… no pude aguantar la emoción y me puse a llorar de pura felicidad, algo que contagió a la cuidadora! A ese estado, le siguieron los nervios hasta que, solos en aquellas instalaciones, tuve aquel encuentro tan deseado desde hacía mucho, mucho tiempo, con esos fabulosos seres.
A partir de entonces, mi éxtasis y el de mi marido, que no dejó de compartir mi disfrute inmortalizando ese increíble momento, fue y es inexplicable con palabras, así que os mostramos algunas de sus fotografías para compartirlas también con vosotros.
Queremos darle las gracias a nuestro amigo Luis y al resto de personas que colaboraron en que todo fuera perfecto, y yo en especial, a mi marido que no deja de sorprenderme desde que llegó a mi vida.
Te quiero.
Vamos a verlo!
Ana