Situado entre Marbella y Sotogrande, Finca Cortesin está considerado uno de los mejores 50 hoteles del mundo para descansar. En realidad, el hotel está enclavado en un complejo de fincas privadas, campo de golf y resort, además de un maravilloso club de playa cerca de Estepona, a unos pocos kilómetros del hotel. La finca, de 44.000 metros cuadrados tiene unos jardines diseñados por Gerald Huggan, responsable durante años del paisajismo del palacio de Buckingham y otras propiedades de la realeza británica… todo un dato!
Un máximo de 140 huéspedes se alojan únicamente en 67 suites, que van desde los 50 a los 200 metros cuadrados de superficie.
Es un hotel para no salir de allí. Está pensado para el descanso, la tranquilidad y tiene todo lo necesario para que así sea.
La oferta gastronómica la forman tres restaurantes principales: El Jardin de Luzt para desayunos y cenas, basado en la gastronomía local; Don Giovanni, una trattoria chic con el siciliano Andrea Tumbarello al timón, que se ha convertido en el mejor italiano de la región (la Guía Repsol otorgó dos soles a este lugar de carpaccios, pasta casera y pizzas excepcionales) y finalmente, Kabuki Raw, el restaurante top de la casa y donde ejerce su sabiduría gastronómica Luis Olarra, un ortodoxo de la cocina japonesa que se permite algunos matices mediterráneos.
Otros dos espacios de Finca Cortesín merecen mención especial: el SPA de aires orientales, con una elegante y enorme piscina interior (la tercera del hotel), donde el personal encargado de los tratamientos es originario de los países donde nació cada especialidad, y un Beach Club a menos de dos kilómetros, al que se accede con un transporte del hotel, con una bonita piscina delante del mar y con un frontal de arena como antesala de la playa, pero que permite estar en ella sobre una cómoda hamaca sin necesidad de poner los pies allí, salvo si deseas darte un baño en el mar. Un buen restaurante e instalaciones y servicio al nivel del resto del hotel, completan esta oferta.
Desde que el vigilante de seguridad levanta la barrera para acceder a las instalaciones, se respira intimidad. No es de extrañar que se haya convertido en refugio imprescindible para grandes fortunas y miembros de distintas familias reales europeas.
El servicio, roza la perfección: no se nota, pero la atención es permanente y cada necesidad o deseo son resueltos con diligencia.
Para empezar, llegar antes de que la suite esté preparada y tomar durante la espera un aperitivo en la tranquila terraza con vistas al campo, es una auténtica delicia.
Las habitaciones, decoradas con un estilo clásico, son muy espaciosas y cuentan con todo lo imaginable para que la estancia sea perfecta.
Y una vez instalados, y si el tiempo lo permite claro, bañador y a disfrutar de una de las dos grandes piscinas exteriores (30 y 50 metros), en confortables hamacas bajo un respetuoso silencio y el maravilloso sol de esta costa.
Recomendamos pasar unas horas en su Club de Playa, probablemente (como nos pasó a nosotros), os cambie la idea de este tan manido concepto. El restaurante apuesta por la frescura de los pescados de la zona y un buen abanico de posibilidades para compartir, y siempre al amparo del estupendo servicio de todo el complejo.
Una visita al SPA es imprescindible, aunque solamente sea para ver la espectacular piscina interior.
En cuanto a la gastronomía, podemos hablar de El Jardin de Luzt donde cenamos. Ambientadísimo, y con una cocina sencilla fundamentada en un maravilloso producto que siempre es garantía de calidad. La velada fue encantadora en todos los aspectos y apetecía que el tiempo pasara más despacio para disfrutar con intensidad cada momento. El café lo tomamos en la terraza donde un trio interpretaba versiones de conocidas canciones soul.
El desayuno, con bollería y mermeladas caseras, además de una amplia variedad a la carta de platos salados y calientes, mantiene el alto estándar del hotel.
En definitiva, es el lugar perfecto para los amantes del lujo y la discreción, para quienes valoran los detalles, la atención individualizada y el buen gusto.
Finca Cortesin, aparece en los primeros puestos de ránkings elaborados por publicaciones del sector de viajes, tan prestigiosas como Forbes, Travel + Leisure o Condé Nast Traveler. Uno de sus últimos galardones, los concedidos en los World’s Best Awards 2020 (los Oscar del turismo), lo definen como el mejor alojamiento de España y Portugal, el segundo de Europa y de los 50 más apetecibles del globo.
Un capricho que sin duda, merece la pena probar…