La casa del desierto.

Poco se podía imaginar David Martínez, actual propietario, cuando la empresa Guardian Glass con el fin de demostrar la capacidad de sus vidrios para regular la temperatura incluso en ambientes extremos, escogió unos terrenos pertenecientes a su familia en el desierto del Gorafe, que en unos pocos años se convertiría en un destino turístico singular  y con una alta demanda.

La compañía estadounidense, se decidió por este enclave para, en su estrategia de entrada en el mercado europeo de sus cristales térmicos, levantar una vivienda de diseño totalmente acristalada y autosuficiente, capaz de soportar las grandes variaciones de temperatura de esta comarca granadina, que pueden llegar hasta 30º en un solo día.

La casa genera a través  de unas placas solares instaladas en su techo, electricidad suficiente para cubrir las necesidades de luz y de agua caliente, y los residuos del baño van hasta una fosa séptica biológicamente activa transformándolos en abono líquido al volver de nuevo al terreno.
Está totalmente integrada en el entorno y es respetuosa con el medio ambiente desde el año 2018 en el que fue construida.

Una vez terminada su misión comercial (con éxito, tenemos que apuntar), la empresa se la ofrece a David, que decide embarcarse en un proyecto de explotación turística de la Casa como lugar perfecto para desconectar totalmente, rodeados de paisajes desérticos, solo equiparables a los de Petra.

Estaba ubicada al borde de una gran cárcava, dominando un desierto  de paisajes espectaculares en una zona famosa por una forma de construir muy diferente: viviendas dentro de cuevas como en Guadix y en el propio Gorafe. Sin embargo, el nuevo propietario, David Martínez, decidió reubicarla a unos dos kilómetros para alejarla de un camino público, que impedía ofrecer intimidad a los viajeros que la alquilaban. La casa es íntegramente de cristal, “y eran frecuentes los visitantes que se acercaban, incluso en autobús, para hacerle fotos, de forma que estábamos teniendo quejas de los usuarios”, indica el empresario granadino.

La vivienda se autoabastece también de agua. Un sistema de recogida de lluvia, permite esa autonomía. No obstante, cuenta con un depósito en el caso de largas temporadas sin lluvia.

Al atractivo del paisaje diurno se suma en este singular edificio, el estar en medio de un desierto considerado Starlight, es decir, de excelente calidad para contemplar el firmamento de noche. También podemos vernos sorprendidos por la visita inesperada de cabras Montesas.

El desierto de Gorafe, cuya extensión, 1.400 kilómetros cuadrados, quintuplica la del más conocido desierto de Tabernas (Almería), se encuentra dentro del Geoparque de Granada, declarado así por la Unesco en 2020 y que incluye a 47 municipios del norte de la provincia.

En definitiva, un destino atípico y muy especial para olvidarse de nuestro día a día y pasar una jornada futurista o de ciencia ficción. Como información para los fans de la exitosa de serie de Netflix Black Mirror, añadir que el segundo capítulo de la quinta temporada incluye secuencias rodadas en este lugar, aunque en ella sitúa la casa en el estado de Utah… y es que Gorafe no pudo competir contra el dólar y los intereses americanos.