Tenemos que reconocer que cuando nuestros amigos Ana y Paco nos dijeron que quedaríamos a comer en Chinchín Puerto, porque tenían mucho interés en que lo conociéramos, el nombre, nos sorprendió. Sin embargo,
quedó relegado a un segundo plano, ya que el histórico de recomendaciones de nuestros amigos siempre auspicia un buen plan. Y hacia allí nos dirigimos desde Málaga, navegador en mano, con la mente y el estómago abierto, como siempre que vamos a conocer un sitio nuevo.
Son Sebastián Martín y Lourdes Villalobos los propietarios de este restaurante. Ex patrones de pesca, actividad que realizaron durante años, se lanzaron a la aventura de preparar y servir, los productos que tan bien conocían.
La propia Lourdes y Belén Abad en la cocina y María Martín y Marcos Fernández en la sala (Marcos además visita a diario lal lonjas cercanas en busca de lo que les está dando nombre), comandan un equipo entusiasta y perfectos conocedores de lo que ofrecen y sirven, algo que parece difícil de conseguir en muchos restaurantes.
Vamos allá con la visita. El local es agradable, con una terraza delante de los amarres del puerto, más recomendable para las noches de verano o los mediodías de invierno. Nosotros nos pertrechamos al amparo del aire acondicionado del interior.
Nos gusta y mucho, ver el producto que vamos a comer y nos dirigimos a una cámara inusualmente pequeña comparada con la de muchos restaurantes de esta provincia. Pero claro exponente de que el tamaño no importa, era su contenido: gambas blancas, de cristal, salmonetes, chopitos… todo a los ojos de este asturiano que les escribe, con un aspecto y frescura impecable.
Paco, tomó los mandos del menú con la ayuda de Martín y poco a poco los platos fueron llegando a la mesa. Empezamos con uno de los reclamos de esta casa, la ensaladilla. José Carlos Capel, se encargó de ensalzarla en su momento y no podemos por menos, que darle la razón. Es diferente, pero no por ello deja de ser lo que es. Distintos productos que ayudan al resultado final, están tan agazapados que solo se notan en el sabor que aportan. Las patatas, cocidas en agua de mar, se mezclan sutilmente con huevo cocido, cebollita cruda y zanahoria escalfada. La mayonesa, se emulsiona con el aceite en el que se reducen las cabezas de los coloraillos (camarón pequeñito parecido a la quisquilla, de intenso sabor y color rojo). El resultado? Excepcional. Estamos ante una ensaladilla diferente, pero que sigue siéndolo sin verse atiborrada de aditamentos extraños que desvirtúen su esencia como plato.
Siguieron unas fresquísimas y sabrosas gambas blancas a la plancha, perfectas de punto y sal.
A continuación, tomamos lo que nosotros conocemos como chopitos (calamar en su tamaño más pequeño, antes de llegar a ser chipirón), denominados también puntillas o puntillitas y llamados aquí calamaritos. Quitada la pluma de cada uno de ellos con pinzas y fritos con maestría, estaban excepcionales.
Pasamos, esta vez sí, a los chopitos, conocidos en zonas más al norte del mediterráneo, como sepionets. Dudo de que en castellano tengan nombre más allá que jibias pequeñas. Estaban hechas en plancha, pero recordaban al hacer asturiano de “afogaos” (en sartén, casi sin aceite, para que se recreen con su tinta). Limpios de ojos y jibión (éste, hay que quitarlo uno a uno cuando se abren al ir calentándose), fueron un manjar extraordinario.
Unos boquerones de bocado, en estupenda fritura en manojo y limpios pero con cabeza, magníficos también, pasaron por nuestra mesa, así como unas croquetas de merluza y de calamar, ricas, pero quizás el plato menos sorprendente (tener acceso a las de Nacho Manzano, condiciona…).
Terminamos con otro gran plato: un salmonete de gran frescura cocinado a baja temperatura, del que Paco tuvo a bien cederme el hígado, que hubiera merecido presentación exclusiva!
En definitiva, un restaurante a tener muy en cuenta, del que, seguro, oiremos hablar en el futuro y al que volveremos sin duda.
Gracias Ana y Paco por llevarnos!
Chinchín Puerto, es candidato a los Premios Gurmé Málaga convocados por el ABC edición de Sevilla, en la categoría de Mejor Restaurante del Producto.
Les deseamos mucha suerte, merecida, y os dejamos el enlace para poder votarles y que cuenten con nuestro apoyo!!
https://premiosgurmemalaga.es/
2 comentarios
«tomamos lo que nosotros conocemos como chopitos (calamar en su tamaño más pequeño, antes de llegar a ser chipirón), denominados también puntillas o puntillitas y llamados aquí calamaritos.»
Estás mezclando el chopito (cría de jibia) con el calamarito (cría de calamar).
Por cierto, es curioso que en esas especies no se respeten los tamaños mínimos y se sigan pescando las crías.
Muchas gracias por tu comentario!
Efectivamente. Era, precisamente, lo que quería reflejar. En muchos lugares de España (Madrid, Asturias, Alicante…), al calamar pequeño llamado en Málaga calamarito, se le llama puntillas o chopitos. Parece, desde luego, más lógico calamarito.
Esto pasa con muchos alimentos. Imagina la cara de un vasco, que pida en Málaga algún pescado al pil pil y se lo traiga con un refrito de ajos y guindillas (a la bilbaína)!