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Restaurante Villoldo. Madrid.

Hace unos cuantos años, allá por los albores de este siglo y también de la relación de Ana y mía, recorrimos muchas carreteras de Castilla y León.
Una de esas veces, alguien le había recomendado a Ana un restaurante en el pueblo de Villoldo, en la provincia de Palencia y a unos 70 kilómetros de Valladolid. Y como los años eran menos, una noche del frío invierno castellano, sin GPS que valga y sin más ayuda que nuestro entusiasmo, hacia allí nos dirigimos.

Llegamos a nuestro destino, el restaurante Estrella del bajo Carrión, nombre que nos hace evocar ayeres.  Creemos recordar que estábamos solos, pero había sido fácil de predecir (mes de enero, día entre semana, Villoldo…). Nos recibieron las dos hermanas que regentaban el lugar (Ana dice que eran tres; hacedle caso, que en estas lides es mucho más avezada que yo….).

De la cena recordamos que nos gustó todo y mucho, especialmente unos maravillosos calamares a la romana que no esperábamos ni por asomo encontrar en aquel recóndito lugar! Nos fuimos encantados y siempre habíamos tenido ganas de volver hasta que hace unos pocos años, yendo o viniendo de algún lugar, recalamos de nuevo allí. Habían acometido una reforma y modernizado las instalaciones.  Esta vez comimos, y la experiencia fue otra vez estupenda.

Pasaron unos años más y alguien nos habló del restaurante Villoldo en Madrid, que Ana rápidamente asoció. Estuvimos en la capital la semana pasada e hicimos una reserva para comer. Charlamos brevemente del pasado y nos dejamos recomendar por dos de las hermanas, Pilar (cocinera junto con su hijo que va siguiendo sus pasos) y Merche ( que ya nos atendió antaño en aquella noche de frio invierno castellana).
Unas frescas alcachofas fritas con jamón, un par de cazuelitas de alubias blancas viudas (solo con verduras y acompañadas de una piparra), unas chuletitas de lechazo churro y un exquisito revuelto de brotes de espárragos trigueros con huevo frito configuraron un menú que culminamos con un tocinillo de cielo, que aún sin ser golosos, Ana pidió rápidamente al recordar que ese siempre había sido un famoso postre del lugar y que realmente te hace subir a las alturas. Un Ribera crianza nos acompañó durante este camino gastronómico de una casa de comidas donde el producto de calidad y temporada y el buen hacer son su éxito.  Sólo una palabra para definirlo: excelente!

Con toda certeza no volverá a pasar tanto tiempo, ni mucho menos, para nuestra próxima visita!

 

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3 comentarios

  1. Conocemos el de Madrid y nos encanta, la última vez que estuvimos fue en Diciembre del 2021, es uno de nuestros favoritos. 😘😘

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