Fue en el año 1917, cuando Abel Giandolini, propietario por aquel entonces de un modesto café, y el Maître d’Hôtel, Mario Gallati unieron sus fuerzas convirtiendo aquel local en un espacio muy popular entre la comunidad teatral. The Ivy había nacido.
El nombre (ivy: hiedra), proviene de un intercambio entre Giandolini y una clienta habitual, la actriz Alice Delysia, ante la que se disculpó por las continuas obras en el restaurante, explicando su deseo de crear uno de los mejores comedores de Londres. La actriz respondió con las palabras de una canción popular: “Don’t worry, we will always come to see you, we will cling together like the ivy (no te preocupes, siempre vendremos a verte, nos pegaremos como la hiedra)”.
Mario Gallati, por su parte, iba a continuar su historia de éxito abriendo en 1947 Le Caprice, un restaurante que con el tiempo da lugar a un grupo de referencia gastronómica en Reino Unido, Caprice Holdings, al que pertenece actualmente The Ivy.
Distintas reformas a lo largo de estos años, han dejado el comedor tal como lo conocemos hoy, un espacio que se asemeja mucho al restaurante original.
Richard Caring, actualmente propietario del grupo, encargó en 2015 a Martin Brudnizki Design Studio que rediseñara el restaurante. El diseño resultante conservó características icónicas como las ventanas, los asientos verdes y el roble, la iluminación suave y la notable colección de arte británico contemporáneo, pero las compensó con un suntuoso comedor en el centro del restaurante y una entrada más grande de la que tenía originariamente.
Conocemos The Ivy desde hace muchos años y esta última reforma ha conseguido un compromiso entre
clasicismo y comodidad para el que es, sin ningún género de dudas, el “restaurante del teatro” por excelencia, con un magnífico ambiente tras la última función y en un horario excepcional para lo habitual en Londres. No es nada difícil encontrar a actores cenando a esas horas, lo que le confiere un atractivo más.
En cuanto a lo estrictamente gastronómico, ofrece platos típicamente británicos como un excelente Fish & Chips, magnífico lenguado del Dover, Shepherd´s Pie (una capa de carne picada de cordero, aderezada con cebolla, zanahoria o champiñones, y cubierta por puré de patata), combinados con especialidades asiáticas.
Ana siente especial devoción por la hamburguesa, acompañada del, probablemente, único ketchup casero quue hayamos comido nunca.
Para los menos aventureros, también platos elaborados a la plancha o con sencillas elaboraciones (pollo asado, dorada…).
En la carta de vinos empiezan a aparecer productos autóctonos interesantes. Será cierto que con el cambio climático, en el sur de Inglaterra se producirá el nuevo Burdeos? Tendremos que esperar para comprobarlo!
Aunque hay varias localizaciones, incluido un Café mas informal en Marylebond, la esencia teatral está en el original, en West street.
Es una visita inexcusable en cada viaje a Londres y obligada si vamos con amigos, que pueden así vivir el genuino ambiente del West End.
En resumen, The Ivy es uno de los clásicos londinenses que hay que conocer. Una buena velada con entretenimiento y cena para vivir el genuino ambiente de una de las ciudades con más cultura teatral del mundo.
2 comentarios
EXCELENTE EXQUISITO
Hola Berta, gracias por tu comentario! No sabemos si has ido empujada por nuestro artículo o por otra vía. En cualquier caso, nos alegramos mucho de que hayas disfrutado en una parte esencial de la historia viva del teatro londinense.
Gracias por seguir nuestro blog!