Es la primera vez que hacemos la crítica de un restaurante sin haber ido. Y lo que criticamos es, precisamente, lo que hay que hacer para (intentar) ir.
Bittor Arguinzoniz es un innovador usando la técnica de cocinado más antigua que existe, el fuego, y vaya por delante, nuestro respeto por sus aportaciones en el uso de la brasa. Una estrella Michelin para este tipo de cocina es un rara Avis.
Dicho esto, simplemente os contaremos el sistema de reservas.
El trámite empieza inevitablemente enviando una petición a través de su web (no es posible la reserva telefónica) y sólo queda esperar. Si hay mesa para el día solicitado, te contestan. Si no, ni siquiera un “gracias por su interés en nuestro restaurante”. Quien no da las gracias, acaba pidiendo “por favor”…
Si la fortuna te sonríe y contestan afirmativamente a tu petición de mesa, debes confirmarla con los datos de tu tarjeta de crédito, a la que harán un cargo de 242 euros (si, doscientos cuarenta y dos) por comensal, que es lo que cuesta el menú degustación por persona sin bebida. Eso sí, tenemos hasta 5 días antes para echarnos atrás y que nos devuelvan nuestro depositó. Hacerlo más tarde, conlleva la pérdida del 100% de lo pagado.
Si el precio del dinero sube un poquito más, con el buen uso que seguro que hace del trinomio cobro a clientes/pago a proveedores/consumo del producto, puede transformar su negocio, al modo de los hipermercados y aumentar sus ingresos sustancialmente con una buena colocación de los excedentes de capital que se generan. Démosle tiempo al tiempo…
Si quieres ir solo, o tu familia o grupo de amigos sois más de seis, tendréis que buscaros un acompañante o ir por grupos, ya que no admiten reservas para solitarios o familias numerosas.
Todo esto es debido, según su propia página web, y cito textualmente: “las peticiones de reserva se gestionan a través de una plataforma de reservas de terceros operada por Sevenrooms. Su reserva se rige por los términos, condiciones, derechos y responsabilidades propios de dicha plataforma y según la legalidad territorial vigente. por el sistema de reservas que utilizan”… Coño, pues haber contratado otra plataforma!
Este personaje legendario por su carácter un tanto huraño, justificado por algunos por sus humildes orígenes en una aislada zona del País Vasco (no como el resto de cocineros de este país que son simpáticos por haber heredado fortuna y nacer en Manhattan…) lo es incluso entre sus compañero de profesión que no tienen la osadía de pedirle un favor para una reserva, se está ganando a pulso el que los que le damos de comer a él (clientes entre los que no me encuentro ni me encontraré), optemos por sus mismas forma y no contestemos si algún día necesita (Dios no lo quiera) nuestra presencia en su comedor.
No concede apenas entrevistas ni es amigo de saludar a los clientes. Parece ser que ser hosco le sale rentable, al menos de momento.
Así que esta es toda la opinión que os daremos sobre este restaurante que hemos decidido no visitar.
La transformación de pasar de ser cocineros a chefs, ha supuesto en algunos casos, que la llegada al Olimpio, sea digerida de distinta manera por algunos, que optan por el estilo de Johnny Depp…
Cuesta tan poco ser amable? Parece que si!
“No hay segunda oportunidad para una primera impresión “
Oscar Wilde
