Hay apuestas que merecen todo nuestro apoyo y admiración.
El Conjunto Enoturístico Finca La Estacada, no ha parado de crecer desde que en 2001 comenzara su andadura como bodega.
Hoy, alberga un hotel de 4 estrellas y 25 habitaciones, un restaurante y un spa de vinoterapia. Teniendo en cuenta que el acrónimo SPA, significa Salute Per Aqua, quizás sería más apropiado llamarlo un SPV, pero son términos que como otros muchos en todos los ámbitos, se utilizan sin saber lo que significan exactamente.
Es una pena que una inversión de ese calibre y lo que debería ser una excelente tarjeta de visita para el turismo, no solo de Tarancón, sino de toda Castilla La Mancha, se vea estropeado por una mala gestión o empleados con mas desatinos que tiempo para cometerlos, o ambas cosas. No sabemos quien o quienes son los responsables, pero desde aquí, simplemente queremos reflejar lo que nos ha sucedido. No es nuestra intención decir a nadie como tiene que hacer las cosas en su casa, pero como establecimiento abierto al público, entendemos que las opiniones de los clientes siempre pueden ser una ayuda, sobre todo si nuestro afán es exclusivamente constructivo.
La historia se relata a continuación por si os apetece el detalle.
Hemos vivido el “vale todo”cuando estoy lleno y aprovecho para hacer caja con medias verdades, poca profesionalidad y falta de respeto hacia el cliente (en ningún caso, se van a encontrar con eso en este post ).
Alabamos el producto de esta bodega, un vino excelente (sobre todo el de 12 meses de crianza) y alabamos el afán emprendedor del proyecto deseándoles la mejor de las suertes, pero desde nuestra experiencia como usuarios, recomendamos una formación exhaustiva del personal, establecer pautas claras de actuación del mismo, cuidar las formas (y no me refiero solamente a las personales; también a, por ejemplo, que la información ofrecida en su web sea la misma que la dada telefónicamente) y sobre todo, animar a pensar que todos somos clientes en algún momento y que nos gusta ser tratados como corresponde. Ponernos en el lugar del otro, suele ser una excelente herramienta de gestión. Y no olvidar nunca, que la línea que separa el éxito del fracaso, es demasiado fina.
Y como todo yin, tiene su yan… el desatino de esta opción nos llevó a conocer el nuevo hotel gastronómico Ansares en Tarancón, donde dormimos y sin duda hubiéramos cenado mucho mejor de haber conocido su existencia y que sin duda recomendamos. Ademas de amabilidad y trato exquisito, las instalaciones son de calidad y está decorado con muy buen gusto. En nuestra próxima visita probaremos su restaurante, animadísimo aún cuando llegamos pasada la media noche y con una excelente aceptación desde su apertura hace unos años.
Hace unos días, volvíamos por carretera a Asturias desde Valencia después de 7 horas de ferry. El viaje de un tirón era inviable, por lo que decidimos cenar y dormir en ruta. Y que mejor sitio para hacerlo que una bodega y unas instalaciones destinadas al placer y al descanso: Finca La Estacada.
Buscamos en su pagina web y no había habitaciones. Tras mas de 5 intentos fallidos para hablar con el hotel, donde saltaba un contestador, que únicamente comunicaba que cerraban el 31 de diciembre (!) conseguimos hablar con el restaurante y a nuestro requerimiento, al cabo de unos quince minutos, nos llamó una señorita llamada Esther, que tras decirnos que había estado ocupada en la tienda (!), nos explicó que quedaban dos habitaciones, pero el precio no era 100 € como aparecía en su web sino 150 € ya que “tenían cama de matrimonio”. Comprobaríamos luego que los fines de semana establecían una reserva mínima de 2 noches y que el precio eran 150 € … incomprensible que no se nos informara al respecto.
Decidimos ir a cenar, ya que nos habían dicho que la cocina estaba abierta hasta las 11. Llegamos a las 10:20. Entramos en el hotel, nos dirigimos a Esther identificándonos y comentando que íbamos a cenar. Pasamos al Enobar, al lado de recepción, donde había una media docena de mesas libres. Pero nos dicen que están reservadas para la gente hospedada y que si queremos cenar tiene que ser en la terraza (hacía 13º). Vamos a recepción, Se lo decimos a Esther, que mantiene una conversación/paripé ante la atenta mirada de un señor musculado, que concluye con que esperemos media hora por allí. Decía que en el bar no podíamos esperar, aunque también había mesas altas vacías. Por fin, seguramente motivados por nuestra creciente desesperación y asombro, nos permiten entrar a esperar en una de esas mesas, comentándole a la camarera que no teníamos ningún problema en cenar en ella si no había más opciones. Automáticamente, creo que por vergüenza, nos sentó en una de las mesas vacías (que nunca se llenaron) y cenamos con más pena que gloria…
2 comentarios
Estimado Sr. González,
Ante todo agradecerle su tiempo en realizar unos comentarios tan exhaustivos que siempre se reciben de manera constructiva para seguir mejorando ya que nuestro principal objetivo es ofrecer nuestro mejor servicio para alcanzar sus más exigentes expectativas.
Lamentablemente, comprobamos que no ha sido así en su caso y sentimos que no hayan podido disfrutar como quisieron aunque nos gustaría matizar una serie de apreciaciones sobre sus comentarios: efectivamente ustedes solicitaron una reserva de una habitación cuando venían de camino a Tarancón y, como pudieron comprobar a través de nuestra web y le informaron posteriormente en recepción, no ofrecía disponibilidad pues solamente quedaban dos habitaciones tipo deluxe que se le ofrecieron en el momento. La información que le ofrecieron a su llegada fue la misma que aparecía en la página web, si bien pueden comprobar que los precios a los que se refiere de 100 eur se corresponden con una tarifa de domingo a jueves y su estancia resultaba ser en noche de sábado. A pesar de todo, decidieron no alojarse en el hotel.
Igualmente, para el servicio de cenas, no tenían realizada reserva previa por lo que las mesas que estaban vacías en el enobar son las reservadas a clientes alojados en el hotel. Podían disfrutar de la cena en terraza como el resto de clientes que así lo estaban haciendo. A pesar de todo, y atendiendo sus sugerencias, nuestro personal de recepción, junto al personal de seguridad (al que usted nombra como “señor musculado”) que insistimos, tiene clara su función y su disposición de espíritu de servicio al cliente, gestiona internamente con cocina y restaurante para poder ofrecerles servicio de cena a pesar de llegar sin reserva previa. Así lo disponen finalmente en el enobar, en el interior, como ustedes deseaban.
Sentimos que todos los esfuerzos realizados por nuestro personal no surtieran efecto y no se cumplieran sus expectativas. Sobre todo lamentamos que nos transmita que no se han sentido tratados con respeto y profesionalidad, cuando precisamente nuestro personal lo que hizo fue ponerse en su lugar y entendiendo la situación, hizo todo lo posible y lo que estaba en su mano para poder ofrecerle el servicio que solicitaron. No obstante, reiteramos, es nuestra función y nuestro principal objetivo y todo el equipo humano al frente de Finca la Estacada seguirá trabajando para velar por su satisfacción. Esperamos que algún día nos visiten nuevamente y puedan comprobarlo.
Un cordial saludo.
Aún estando, lógicamente, en desacuerdo, les agradecemos mucho su tiempo y comentarios.
Un saludo.