El Medio Lleno. Gijón.

Conocemos a David y Víctor desde la época de la Maleta del Loco en Viesques (creo que 2007), cuando aquella aventura de un modelo de hostelería nuevo, arriesgado e ilusionante , daba sus primeros pasos.

El concepto de “gastroteca”, “enoteca”, “vinatería” y todos los que se nos puedan ocurrir, por primera vez tenía sentido en Asturias. Arriesgaron con la oferta de vinos diferentes al trinomio eterno y cansino  rioja/ribera/rueda, y acertaron.

Y volvieron a acertar, y no a la mitad, con la apertura de El Medio Lleno. Mucho más grande que su antecesor y con aire de bistrot neoyorquina, supieron dar al local un toque desenfadado y divertido, en el que picar algo no era sinónimo de comer cualquier cosa. Además, venían con el bagaje de La Tabla, en Fano, ya por aquella época, un punto de referencia importante.

Elaboraron una carta fresca, cambiante, acorde con el local, con platos divertidos, sabrosos y muy apetecibles. Unas pizzas extraordinarias alejadas del concepto habitual, buenas tempuras, arroces y pastas que cambian cada cierto tiempo, tataki de salmón (el preferido de Ana), tiradito, un rico y original bollo vapor con pescado crujiente… En las carnes, una oferta amplia en la que destaca la excelente hamburguesa y el bocata Thai.

Los hermanos Víctor y David, tienen todo que ver con la calidad del personal, a los que forman de manera continuada. Eso se traduce en un servicio joven, activo y profesional, que aconseja e informa sobre los distintos platos y bebidas con conocimiento, cercanía y una sonrisa. En los tiempos que corren, en primer lugar es difícil de encontrar, y en segundo, es de agradecer!

Mención aparte merecen los vinos, de los que David es un apasionado desde muy joven, haciendo una excelente labor de selección con la que acierta plenamente.
Además de la impecable carta de caldos, que sorprende por su variedad y  coherencia, se ofrecen un buen número  por copas, entre los que destaca una excelente selección de vinos de alto nivel (nacionales y extranjeros), lo que permite un acceso asequible a ellos.
La oferta cambia con cierta regularidad, manteniendo algún clásico para los irreductibles, pero arriesgando con variedades de uva y denominaciones alejadas de lo convencional.

David, explica con pasión, conocimiento y devoción, cualquier duda que se pueda tener de lo que vamos a degustar y el último vino o plato descubierto en algún lugar del mundo, recientemente visitado, se inmiscuye con frecuencia  en la conversación.

Por otro lado, su hermano Víctor, atento a cualquier necesidad que pueda surgir, parece dotado de visión en 360º.
Siempre dispuesto a aconsejar con claridad, a acomodarte de la manera más confortable posible en un lugar lleno casi siempre (suele aparecer con un taburete para Ana de no se sabe donde), pendiente de si hace falta más vino o de cualquier otro detalle.
En los momentos mas tranquilos, nuestra pasión común por viajar, nos traslada, copa en mano, a lugares remotos en algún caso, inicio sin saberlo de un posterior viaje.

Durante los años que vivimos en Gijón, era parada obligada, prácticamente diaria, cuando volvíamos a casa.

En la actualidad, sigue siendo un placer, siempre que tenemos oportunidad, hacerles una visita y comprobar con satisfacción, que “medio lleno”, solo está en el nombre…

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