Hablando por teléfono con mi buen amigo Eduardo Pérez de Villegas hace unas semanas, entre los varios temas humanos que tratábamos, apareció uno divino. “Conociéndoos como os conozco, me dijo, tenéis que ir al Festival de la Lavanda”. Su esposa y también amiga, Rocío, le había regalado por su cumpleaños la asistencia y ambos habían vuelto encantados. Y como hay personas de las que te fías de su criterio, nos pusimos a investigar.
Me pareció imposible, escuchando su relato, que Ana y yo ni siquiera hubiéramos oído hablar de este evento. Los dos, pero Ana sobremanera, somos unos enamorados de esta planta, de su colorido y aroma. En las ocasiones en las que hemos tenido la mágica fortuna de estar en la época de su floración, en la Provenza (hogar, por excelencia de vastos campos de flores moradas), nos quedamos extasiados!
Cada mes de julio, los campos de Brihuega, en la provincia de Guadalajara, se visten de morado y el ambiente se llena con el aroma de la lavanda, como si de la Provenza se tratase.
Es el momento de máxima floración de las casi 1.000 hectáreas de plantación que rodean el pueblo y su comarca.
Lo que empezó siendo una fiesta local y casi familiar, en la que se festejaba el comienzo de la recolección, ha derivado desde hace unos años en un Festival de los más singulares que se celebran en España.
Brihuega era un pueblo de la Alcarria, de ganaderos y agricultores, que albergaba la sede de la Real Fábrica de Paños, activa hasta después de la Guerra Civil. Fue entonces cuando la actividad comenzó a decaer, y la gente, a marcharse.
Tiempo después, Andrés Corral, un agricultor de tercera generación de la zona, en una escapada a Francia, en concreto a la Provenza, descubre los campos de color violeta y aroma relajante y empieza a valorar sus enormes posibilidades. Era la planta idónea para cultivar en su pueblo, ya que reunía las características ideales para su desarrollo en la zona. Así, y de eso hace ya casi 30 años, convenció y embarcó a sus tres hermanos y al perfumista, nariz de Loewe, Emilio Valero, para dedicar 600 hectáreas (hoy, casi mil!) a su cultivo.
Construyeron también una destiladora de esencia de lavanda, en la que actualmente se fabrica el 10% de la producción mundial.
Y estos días, debería estar celebrándose la IX edición del Festival. Y lo decimos en condicional, porque a causa de la pandemia, la organización ha decidido suspenderlo hasta el próximo año.
Un Festival que ha visto pasar por su escenario a Ketama, Luz Casal, Café Quijano y Diego El Cigala, entre otros y ha permitido disfrutar de una cena del ex tres estrellas, Dani García.
Cuando anochece, los asistentes se sientan entre los surcos y las flores de lavanda a contemplar la magia de la puesta del sol mientras escuchan la música en un ambiente inigualable.
Finalmente se disfruta de una cena pic-nic bajo las estrellas… Y una sola condición: zapato cómodo y todos de blanco como dress-code.
Sin ningún género de dudas, allí estaremos dentro de un año. Unos sundowners como nosotros, no podríamos perdérnoslo!