Su nombre, con reminiscencias uruguayas, nos empieza a dar pistas de su producto estrella: la carne.
Recomendado hace ya tiempo por nuestros amigos ovetenses María y Luis, ya nos gustó muchísimo la primera vez que fuimos.
Las siguientes visitas a Charrúa, no han hecho más que confirmar que su éxito no radica en la casualidad de un día sino en un trabajo bien hecho.
Fuimos a comer, quizás mejor opción que la cena por la contundencia de sus platos, pero bueno, quien esto escribe, durante bastantes años no se consideraba cenado si no había carne roja por el medio. Así que, a vuestro libre albedrío!
El local principal (tiene dos salas), es bonito y acogedor. Con la parrilla a la vista como elemento central y una iluminación muy conseguida, el ambiente es cálido y confortable.
Esta calidez se ve aumentada por el recibimiento del personal, y de la atención posterior de la que rápidamente se hace cargo Álvaro.
Su profesionalidad, presente en cada detalle, te hace sentir cómodo desde el primer instante. Afable, cercano y de una corrección exquisita, te convierte en sencillo elegir en una carta quizás un poco complicada para alguien no muy puesto en carnes internacionales y sus diferentes cortes. Pero Álvaro te ayuda a decidir explicando de forma sencilla las distintas opciones y dando todas las facilidades del mundo para que, comensales con gustos distintos en el punto de la carne, puedan compartir una pieza.
Hacemos aquí un paréntesis, a modo de llamamiento convertido en recomendación, a esos restaurantes en los que, estando seis comensales en una mesa, sirven una ración con, por ejemplo, 5 croquetas. Y el llamamiento lo hacemos estruendoso cuando, la solución que proponen es traer una segunda ración con otras 5 croquetas! Señores responsables, pongan 6 croquetas y cobren en consecuencia pero por favor, no sean ridículos!
En la carta, nos encontramos con entrantes bien escogidos y complementarios al plato principal, como un excelente chorizo criollo acompañado de un chimichurri casero sencillamente espectacular y verduras a la brasa entre las que recomendamos unas alcachofas deliciosas.
Y tras ellos, el gran protagonista de este festín, la carne. Procedencias de Uruguay, Finlandia, Estados Unidos, Alemania/Holanda o nacionales, completan una oferta en la que cualquier carnívoro encontrará su corte favorito y, lo que es igualmente importante, quien no lo sea tanto, también lo encontrará. Aquí la figura de Álvaro se hace imprescindible y os animamos a que os dejéis aconsejar por él. El éxito en la elección está asegurado!
A nosotros nos sugirió un Lomo Alto “Prime” Black Angus de Estados Unidos magnífico, con una guarnición de patatas fritas que posiblemente, siendo yo muy exigente, tengan margen de mejora y una ensalada de lechuga y cebolla, imprescindible para Ana como acompañamiento para cualquier carne (aunque siempre pica alguna patata…)
Aunque el tiempo se nos echó encima y teníamos que salir apresuradamente para no perder el AVE de vuelta a casa, volvió a aparecer la figura de Álvaro con un Flan Mascarpone con dulce de leche (“para que no os vayáis sin postre”), espectacular que sin duda no os podéis perder aunque, como nosotros, no seáis golosos.
En definitiva, un lugar altamente recomendable.